El CSN medirá la radiación a los pacientes

España, con años de retraso respecto a otros países europeos, va a comenzar a medir la radiación que reciben sus ciudadanos en los hospitales como consecuencia de radiografías, escáneres o exploraciones de medicina nuclear.

 

El pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) aprobó hace un mes el comienzo de los estudios, según anunció este lunes Juan Carlos Lentijo, director técnico de Protección Radiológica del organismo. Esta dosis preocupa a las autoridades y a las sociedades científicas.

 

"La humanidad tenía miedo de que los ensayos nucleares en la atmósfera pusieran en peligro a las personas. Ahora estamos inquietos con la exposición médica", alertó el presidente del Comité Científico de Naciones Unidas sobre los Efectos de la Radiación Atómica, el alemán Wolfgang Weiss, en un curso sobre protección radiológica y salud organizado por el CSN en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander.

 

Actualmente el 80% de la radiación que recibe una persona procede de fuentes naturales, como los rayos cósmicos o el gas radón del subsuelo. Prácticamente el 20% restante proviene de pruebas médicas. Sólo un 0,2% estaría relacionado con las partículas radiactivas liberadas por bombas atómicas y un 0,1% con Chernóbil. Un ínfimo 0,01% proviene de las centrales nucleares en activo.

 

"Estamos inquietos con la exposición médica", dice un experto de la ONU. Estas técnicas médicas ofrecen beneficios a los pacientes, pero los expertos alertan de un abuso en su aplicación. "Hay un escaso conocimiento acerca de los riesgos de la radiación entre los profesionales sanitarios", resumía el lunes Luis Donoso Bach, de la Sociedad Europea de Radiología. "Y no hay datos de dosis efectiva médica per cápita de España", lamentó.

 

El presidente de la Sociedad Española de Radiología Médica, Eduardo Fraile, puso cifras sobre la mesa. En seis hospitales de Madrid, que atienden a 1,1 millones de personas, se hicieron el año pasado 48.000 tomografías axiales computerizadas (TAC). Una de estas pruebas en el abdomen equivale a recibir de golpe la radiación de 500 radiografías de tórax. Y cada año el número de TAC realizados aumenta un 10%.

"El 30% de estas pruebas no sirve absolutamente para nada", denunció Fraile. El Real Decreto 815/2001 prohíbe exponer a un paciente a radiación sin tener una justificación, pero en España es una práctica habitual. "La proporción de estudios que se están haciendo está desmadrada", resumió Fraile.

 

En la actualidad, se acepta que el 5% de la población expuesta a una dosis de 1 sievert durante su vida desarrollará un cáncer. En niños, adolescentes y embarazadas el riesgo es mucho más alto. En Reino Unido, Holanda y Suecia, donde sí se han hecho estudios como el que ahora comienza en España, la dosis efectiva médica per cápita oscila entre 0,4 y 0,75 milésimas de sievert al año. Es una dosis baja, comparada con Luxemburgo, Bélgica y Alemania, donde los ciudadanos reciben de media unos 2 milisieverts al año en los hospitales. La dosis española se conocerá alrededor de 2014, según Lentijo, cuando concluya el estudio del CSN, en colaboración con la Universidad de Málaga y el Ministerio de Sanidad.

 

A juicio de la directora general de Salud Pública, Carmen Amela, "la crisis puede ser una oportunidad" para racionalizar el uso de radiaciones ionizantes en medicina, ya que también suponen un derroche económico.

 

Fuente: Público.es

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